viernes, 10 de septiembre de 2010

Los Tudor, TVE, Jacinto Antón y un poco de porno hardcore

Antes de nada, debo confesar que la última parte del título de este post está escrita para subir mi audiencia: no voy a hablar de porno hardcore. Eso sí, para que no os sintáis tan engañados, voy a decir una palabra bastante picante: potorro.
Una vez cubierto el cupo X, vamos a comenzar a hablar del resto de asuntos que abordo en tan suculento titular, que podrían resumirse en tres capítulos:
-       Capítulo 1. De cómo el bloguista echa una reprimenda a una cadena bastante pública y de cómo se cuelga una medalla chiquinina en su orgullo.
-       Capítulo 2. De cómo el bloguero hace una recomendación literario-periodística, hace un esfuerzo memorístico y, tras el esfuerzo, se autoprovoca un lumbago fugaz.
-       Capítulo 3. De cómo el blogueador insiste en una sugerencia televisiva que ya ha hecho varias veces, en su afán de predicar unos gustos que, como todo el mundo sabe, son de dudoso gusto.
Bien. Vayamos por partes.
1. La reprimenda. Resulta que hace unos 4 años, una cadena de pago estrenó la serie Los Tudor (no digo cuál porque siempre tengo la sensación de estar haciendo apología de CANAL+), con Jonathan Rhys Meyers en el papel de Enrique VIII y Sam Neill, Peter O’Toole y Max Von Sydow dando lustre a un reparto espectacular. Vi la serie, me pareció excelente, y ya está. Pasó el tiempo y se estrenó la segunda temporada. Y también la vi. Y también me gustó. Y me empezó a llamar la atención que ninguna televisión generalista se interesara por ella, porque ya sé que Los Tudor no es El internado, pero tampoco me parece una serie tan minoritaria com para esconderla. El caso es que puse a trabajar a todas mis fuentes de información (que son Google y Wikipedia) y averigüé que los derechos de emisión de la serie en abierto los tenía TVE, pero que no se animaba a estrenarla.
Enrique VIII a punto de hacerle el amor a Ana Bolena. Cuando acabe, lo más probable es que se la zumbe.
Poco después se estrenó en el canal de pago la tercera temporada. Pero nada, TVE seguía empeñada en que la gente sólo ve Amar en tiempos revueltos, Águila roja y La señora. No había hueco para Los Tudor.
De pronto, en julio de 2010, TVE se decide por fin a emitir la serie en el hueco que dejó la exitosa (y elogiada en su justa medida por este blog) Gran reserva. Lo hacía en verano, un poco de tapadillo, cuando la gente se marcha de vacaciones, emitiendo los capítulos de dos en dos y las tres temporadas seguidas, en plan “bueno, quitémonos esto de encima de una prostituta vez”. Al menos le dieron ese buen horario de los jueves por la noche…
Pues bien: Los Tudor se convirtió en líder de audiencia todos los jueves, llegando algunas veces a un share del 20% (la última media de TVE ha sido un 17%, y la de A3, por ejemplo, un 11%), y superando con facilidad los dos millones y medio de espectadores. Conclusión: señores de TVE, los espectadores no somos tan gañanes. Somos capaces de seguir una serie histórica sin necesidad de que sea como Águila roja. Confíen más en nosotros, por favor, porque si no lo hacen ustedes no sé quién lo va a hacer. Telecinco no, desde luego, porque llevarían a Enrique VIII a Sálvame, aunque con un poco de suerte se encapricharía de la cabeza de Belén Esteban.
CANAL+ va a emitir la cuarta y última temporada a partir del 30 de octubre. Confío en que TVE no espere tanto esta vez.
2. La recomendación. Con motivo del estreno de la tercera temporada y el rodaje de la cuarta, me encargaron la elaboración de un programa especial sobre Los Tudor. Hice dos viajes surrealistas a LondresDublín con mi querida Cristina Teva, y otro culinario a Segovia con todo el equipo. El programa nos quedó más bonito que la infanta Leonor cuando nació. Y mucho más bonito que Froilán. La idea era mezclar las entrevistas que Cristina les hizo a los actores y creadores de la serie con un ligero toque de rigor histórico, para que el espectador acabara conociendo a sus artífices pero también a los verdaderos Tudor. Y encima, que todo esto quedara ameno y divertido. Conseguí el segundo propósito no gracias a mi talento desmesurado, sino al de Jacinto Antón.
Jacinto Antón es un periodista como la copa de un pino especializado en Historia con mayúscula, además de un maravilloso contador de historias con minúscula. Yo andaba por Berlín pensando cómo conseguir eso del rigor histórico con sentido del humor cuando empecé a leer la serie que Jacinto Antón escribió en El País durante el verano: Cobardes de la Historia. Leer las peripecias del dueño del Titanic y de cómo abandonó su barco mucho antes de oír eso de “las mujeres y los niños primero”; la cobardía del escolta del príncipe Louis Napoleón, que huyó dejándole morir en manos de los zulúes; o cómo se batió en retirada uno de los hombres de confianza del General Custer; y sonreír permanentemente mientras leía estas historias, fue un verdadero placer. Llamé a Jacinto Antón en cuanto volví de Berlín (¿qué hacía yo en Berlín? Os preguntaréis. Trabajar en un cabaret en verano para pagar el dentista de los niños, bobos). Accedió amablemente a ver la serie y a hablarme de ella en Barcelona por un módico precio de 0 euros. Me contó historias de Los Tudor que no aparecen en la serie, como el origen del “Bloody Mary”, o cómo decapitaron a Ana Bolena (de rodillas al “estilo francés”, frente al clásico y tumbado “estilo ingles”), o por qué es lógico que un guaperas como Jonathan Rhys Meyers encarne al gordo y feo Enrique VIII que tenemos todos en mente. Y el programa quedó de maravilla.
Una de las ilustraciones con las que Jacinto Antón decoraba sus "Cobardes de la historia".
Justo el día antes de la charla que mantuvimos, Jacinto Antón ganó el Premio Nacional de Periodismo Cultural. En la redacción, todos pensaban que yo iba a entrevistarle por este motivo. Jacinto Antón estaba encantado de que no fuera así. Un tipo encantador (y según todas las féminas que vieron la entrevista, yo incluída, muy atractivo).
Este verano, Jacinto Antón ha escrito otra serie de artículos maravillosa que se llama “Siete semanas de aventura”. La recomendación es que busquéis estas dos series en Internet y os las leáis de cabo a rabo. Y si sois chicas, de cabo a la rajita.

3. La sugerencia. Pues hijos, si a estas alturas del post no lo habéis pillado… Que veais Los Tudor. Ya sabéis los métodos que hay: en televisión (CANAL+ o TVE), en DVD (hasta ahora sólo estaba a la venta la primera temporada porque no se había emitido en abierto y por lo visto los derechos se habían vendido en ese orden, pero supongo que ahora aparecerán la 2 y la 3), o retando a la SGAE y a la Ministra Sinde. Vosotros mismos.