viernes, 24 de septiembre de 2010

El gran Vázquez (¿Festival de San Sebastián 3?)

Vergüenza me daría a mí pasar tres días mal contados en el Festival de San Sebastián, llevar ya unos cuantos en Madrid y aún así seguir viviendo del cuento durante más de una semana. Vergüenza me daría a mí.
Pero qué coño, os voy a contar más cosas de las que me pasaron en Donosti (nótese el uso del pretérito indefinido, “pasaron”, no “me han pasado” o “me están pasando”). Esta vez voy a centrarlo todo en una sola película, pero nos va a venir fenomenal a todos porque se estrena este viernes: El gran Vázquez.
El gran Vázquez está basada en la vida de unos de los dos mejores dibujantes de historietas de España, en esa época en la que los cómics se llamaban “tebeos”. El otro “mejor dibujante” al que me refiero es Ibáñez, que además aparece como personaje secundario, pero no querría olvidar o desmerecer a Peñarroya (Don Pío, Pitagorín, Gordito Relleno), Conti (El loco Carioco), Cifré (El repórter Tribulete) o Escobar (Carpanta, Zipi y Zape). Vázquez, Manuel Vázquez, es el padre de Anacleto, La familia Cebolleta, Las hermanas Gilda, La abuelita Paz, Angelito y El tío Vázquez. También fue padre de 10 hijos que tuvo con 7 mujeres, algunas al mismo tiempo, lo que le llevó a pasar algún tiempo en “la sombra” (así se decía en los tebeos) por poligamia. Y hablamos de España y de los años 60 y 70. Qué huevos.


"Las hermanas Gilda" y "Anacleto", by Vázquez.
Y esta segunda faceta de su vida, esto de la poligamia, de los engaños para sobrevivir, de los timos que daba incluso a la propia Editorial Bruguera y de su condición de eterno moroso perseguido por sus acreedores (eso también le obligó a pasar un tiempo en ”la sombra”), es lo que ha empujado a Óscar Aibar a dirigir la vida de Vázquez, y no por ejemplo la de Anacleto, como se ha hecho con Mortadelo y Filemón. Porque Ibáñez es un genio, pero su vida tal vez sea aburridísima. ¿Y la de Vázquez no?
Pues no, la de Vázquez fue más movidita por todo esto que os cuento. Pero tal vez no tanto: la película es una sucesión de gags de timos y trampas en las que a veces se queda atascada. Y eso hace que la historia sólo funcione para nostálgicos, para los que vivimos de lleno la época de los tebeos o para los entrañables frikis que los han investigado después, como es el caso del productor de Cadena Dial Iván Arévalo, que el otro día se me declaraba fan de estas historietas gracias a su padre (al de Iván, no al de usted).
Pude ver la película con la presentadora de mi programa Cristina Teva, que ya es como medio íntima de los que leéis este blog. Entre nuestras edades hay una brecha de entre 5 y 10 años (en realidad son 10, pero yo prefiero decir las cosas así, por intervalos). Y esa diferencia y nuestro intercambio de impresiones fue fundamental para corroborar mi teoría: El gran Vázquez funciona mucho mejor como ejercicio de nostalgia que como biopic en sí. Pierde mucho para los que no han leído o vivido esos tebeos, que serán la mayoría (quiero decir, que Ed Wood funciona sin conocer sus películas: creo que El gran Vázquez no). Si no has leído a Vázquez, no captas que la vecina que les alquila el piso es La abuelita Paz, que el hijo que les nace es Angelito, que sus dos jefes en Bruguera están basados en el presi y el dire de El botones Sacarino de Ibáñez… y no sé si es por dejadez o por exceso de confianza en la edad del espectador, pero la película tampoco te lo explica. Ojo, no digo que la película esté mal, o mal hecha. Digo que me cuesta encontrarle un público definido.
Santiago Segura es Vázquez y Álex Angulo es Peláez, su jefe.
En San Sebastián, Cristina y yo nos repartimos las entrevistas de El gran Vázquez en función a nuestra importancia en los roles de la vida y esas cosas. Y como yo soy nada más y nada menos que el señor director de un programa de televisión, pues ella entrevista a Santiago Segura y yo ya si acaso a los otros. Pero no me quejo, “los otros” son Álex Angulo (un encanto), Óscar Aibar y Mercé Llorens (que interpreta a Rosa, la mujer de Vázquez… o una de ellas). Santiago le contó muchos cosas a Cristina (que me dejó espiar la entrevista sentado en una silla con dos agujeros estratégicos en el periódico, como en los tebeos). Entre ellas, que era fan absoluto de Vázquez y de Bruguera. Que el hijo de Vázquez le daba consejos sobre cómo interpretar a su padre (a veces demasiado meticulosos), que el mérito de Vázquez era comportarse como un cabrón redomado y conseguir que todos los que le conocieron le recordaran con una sonrisa melancólica. Óscar Aibar, el director, conoció a Vázquez en la revista Makoki, cuando el uno se recicló en los cómics para adultos y el otro daba sus primeros pasos como guionista. Y desde que le empezó a escuchar en persona sus anécdotas, Óscar supo que algún día filmaría su vida, me dijo. Todo lo que aparece en la película es real, o al menos es real que lo contaba Vázquez. Las historietas de El tío Vázquez, el moroso, son las aventuras del autor, que es como si un ladrón de guante blanco le echa los huevos de escribir una novela sobre sus delitos. Y en efecto, Aibar se declaró fan absoluto de los tebeos. Como Álex Angulo, que me saca entre 5 y 15 años, y que me confesó que él empezó con los tebeos en la época de Roberto Alcázar y Pedrín o El jinete enmascarado. Álex interpreta al “malo” de la película, al hombre que intenta sin exito domar a Vázquez, el que le regaña, el que le denuncia. Y aún así me decía que su personaje también quiere en el fondo a Vázquez. Muy en el fondo, en mi opinión.
Santiago Segura en el Hotel María Cristina de San Sebastián, antes de la entrevista que le hizo Cristina para nuestro programa en CANAL+.

Por la noche, las buenas gentes de El gran Vázquez nos invitaron a la fiesta que daban en el Hotel Londres. Allí andaban Santiago Segura y Álex Angulo, Álex de la Iglesia, Quim Gutiérrez, algunos actores de cuyo nombre no puedo acordarme, y toda la prensa del Festival, porque en estas fiestas te pasas la mitad del tiempo intentando disimular tu cogorza ante compañeros de otros medios que intentan disimular la suya. Con tus propios compañeros de medio no disimulas una mierda, así que a mis queridos David Broncano, Cris Teva, Elena Pascual, Edu Mangada, a un brasileño que estaba como un queso y a mi señora Teresa, que se apunta a estas cosas la inviten o no, nos tuvieron que sacar de la fiesta cuando ya la estaban cerrando, persiguiéndonos con un sacudidor de alfombras, como en los tebeos.