Mañana sale a la venta en DVD Up, la última maravilla
de Pixar.
Supongo que a estas alturas, el 80% de los que leen este blog ya habrá visto Up. Y aún así, no me
extrañaría que muchos de ellos la compraran, porque es una de esas películas
para tener, no solamente para ver.
- Hola, soy Rafa Nadal y
la cifra de 80% es inexacta, yo calculo más bien un 72%.
- Anda ya, vete por ahí.
No eres Rafa Nadal. Rafa Nadal no lee este blog.
Los 15 primeros minutos de Up son espectaculares. Yo
nunca había visto reflejar tan bien en el cine una historia de amor, pero de un
amor sencillo, sin dramas ni pruebas de fuego, como el de todos nosotros, el de
nuestros padres, el de nuestros abuelos, el de Falete y su ex-novio. Tampoco había visto
plasmar tan bien la vulnerabilidad de la vejez, la tristeza, la soledad. No
conozco a nadie que haya visto Up
y que no haya llorado en sus primeros 15 minutos. Pero llorado como una perra,
nada de snif snif, cojo el clínex y ya está. No.
Yo digo llorar en plan ¡¡¡buaaaaaaaaaaa!!!
Y minutos después de este
disgusto, Up
nos regala otra secuencia que te pone todos los vellos de punta. Aunque no la
hayáis visto, ya sabréis que hay una casa que vuela gracias a miles de globos.
Bueno, pues la escena en la que la casa despega te provoca un escalofrío que te
recorre desde el dedo meñique del pie hasta el último pelo de la cabeza,
jugueteando en las cosillas guarricas como sucedía de pequeños cuando
montábamos en un columpio.
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La escena de "Up" que os digo. Uno siente como que flota con la casa. |
- Hola, soy Rafa Sánchez
el de La Unión y a mí no se me pusieron todos los vellos de punta.
- Porque estarás
depilado. Y tú no eres Rafa Sánchez. Rafa Sánchez no lee este blog.
Todo esto que cuento, Pixar lo hace además
arriesgando un huevo: en Up
vuelven a estar unos 30 minutos sin utilizar palabras. Igual que en Wall-E. Igual que Buster Keaton. Igual que Charles Chaplin. Y la
apuesta funciona: los niños aguantan Up
y Wall-E
aunque tengan escenas mudas. Como los hijos de algunos amigos (los que se
atreven a ponérselos) aguantan a Charlot,
al Gordo y el Flaco,
a Harold Lloyd…
Yo, en los últimos años,
algunas de las mejores películas que he visto en el cine son de Pixar. Pero porque Pixar es un poco Dios. Pixar tiene ahora la
sensibilidad y el humor que hace años sólo tenía Disney (pero el Disney de nosotros los
viejunos, el del Bambi,
La Dama y el Vagabundo
y El libro de la selva,
no el de los 90 y los 2000). Claro, por eso Pixar y Disney se unieron, porque eran la misma
idea.
Bichos fue la primera que
realmente me entusiasmó, así de infantil andaba yo hace diez años. Me pareció
de lo más divertido que había visto en animación en mucho tiempo. Las dos
pulgas bobas que hacen su número de circo en los momentos más inoportunos me
parecían descacharrantes. Ya había visto Toy
Story, y después vi Toy
Story 2, y me parecieron muy buenas (y mejores cada vez que las
vuelvo a ver en la tele). Pero Bichos…
no sé, me conquistó en mucho menos tiempo. Debe ser porque en el fondo yo tengo
alma de mosca del vinagre.
En cambio, Monstruos S.A. no. Me
parece más pichís, pero aún así tiene su gracia. Una gracia que no le encontré
años más tarde a Cars,
para mí en único lunar clarísimo de Pixar.
Me parece lenta, aburrida, no me interesan los coches, me parecieron un exceso
sus dos horas, es una puta mierda. Huy, perdón, me he calentado. No, Cars no es una mierda. No
pienso eso. Sólo que a mí no me gustó. Qué salida de tono, no sé qué me ha
pasado, amigos, deben de ser las pastillas.
Y qué decir de Buscando a Nemo. Es una
historia como la copa de un pino, porque eso es lo mejor de Pixar, que escriben
buenas historias y luego las dibujan (bueno, es un decir). Y los demás parece
que piensan los personajes, los diseñan y luego les van escribiendo las
aventuras al tran-tran (“venga,
tengo un ogro, un burro, una ogra… y ahora vamos a hacer que tengan gracia, y
llevo así tres películas”).
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Dori, con la que comparto la memoria instantánea, y el padre de Nemo. |
Buscando a Nemo es
deliciosa. Hace poco estuve en un Acuario (fuera, mirándolo, no dentro,
nadando) y me quedé perplejo con los peces payaso y los peces cirujano, o sea,
con los Nemos y las
Doris, el pez sin
memoria. Se movían igual, se comportaban igual que en la película. El cuidador
(el del acuario, no el mío) me contó que los biólogos estaban sorprendidos del
exhaustivo estudio que habían hecho en Pixar
sobre el comportamiento de los “nemos”. Sí, en el Acuario ya llaman “nemos” a
los peces payaso. Pues qué queréis que os diga, se agradece el esfuerzo. Yo me
acuerdo de Pixie y Dixie
y molaban, pero parecían cualquier cosa menos ratones.
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Una foto que les hice en el Aquarium de Madrid a dos "nemos". La foto es mala, pero ¿a que ellos son iguales? |
Los Increíbles me pareció
un prodigio, pero me apabullaron un poco las escenas de acción, persecuciones,
gritos… Eso sí, tiene un ritmo, una trama y una coña que para sí quisieran las
películas de superhéroes de ahora, léase Hancock,
X-Men, Iron man, Superman
returns o
Spiderman. Aunque debo reconocer que algunas de las que he
citado no están mal.
- Hola, soy Raphael y me
pareces un flojo si una película de dibujos te apabulla, eres una nenaza.
- ¡Venga ya! Raphael no
lee este blog. Y si lo leyera, ¿cómo iba a atreverse a criticarme, con las
caras tan raras que pone él cuando canta?
Ratatouille es un
peliculón. Los niños tal vez se aburran un poco con esta rata merecedora de una
estrella Michelín (¡una rata cocinando y no nos da asco, es más, querríamos
probar su pisto!). Pero a mí qué me importan los niños. Los niños no leen este
blog. Los niños pueden ver Ben 10
y bajarse vídeos antiguos de Fofito
si quieren, que nos dejen a los mayores disfrutar de esta rata. Ratatouille me hizo reír,
me emocionó y no me hizo llorar porque yo soy de lágrima difícil. Yo sólo lloro
con El milagro de Anna Sullivan
y con los 15 primeros minutos de Up.
Y así volvemos
a llegar a Wall-E
y Up. Wall-E mereció ser
nominada al Oscar a la mejor película del pasado año (pero no a película de
animación, que sí se lo llevó, igual que Ratatouille,
Los increíbles y
Buscando a Nemo, sino a película-película). Este año, como la
Academia ha ampliado a 10 el número de nominaciones en esta categoría, Up sí que estará entre
las candidatas, pero no ganará. Todavía no estamos preparados para decir que
una película de dibus es la mejor del año. Pero si Miyazaki tiene un Oso de
Oro, Pixar
puede perfectamente optar a un tío en pelotas con una espada tapándole el
cirulillo, de Oro también. Quién sabe. Al tiempo.
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Los genios de Pixar en el pasado Festival de Venecia. |
P.D. No os he hablado de los
cortos de Pixar,
una maravilla cada uno de ellos, porque me está quedando un poco larga la
tontería ésta. Os los dejo a vosotros.