lunes, 14 de diciembre de 2009

Los ojos de Julia y la hermana de Belén Rueda

Me proponen ir a Terrassa, Barcelona, al rodaje de Los ojos de Julia. Los ojos de Julia es una de las esperanzas del cine español de 2010, una película de Guillem Morales (que no es muy conocido pero tampoco un debutante) en la que hay cosas que recuerdan a El orfanato: parte del equipo de producción (de Guillermo del Toro), Belén Rueda en un papel de atormentadilla, el misterio que envuelve la historia…
Recuerdo ese día de rodaje como si hubiera sido hace unos días. Seguramente porque fue hace unos días.
6:20 AM. Comienzo a dar vueltas en la cama sobre mí mismo, afición a la que dedico el 90% de mi ocio nocturno.
6:40. Anoche llamé a un taxista amigo para que me lleve al aeropuerto, porque los no amigos me hablan de política y me ponen nervioso. Me llama el taxista amigo: que le han abierto el coche y le han quitado el tom-tom, que no puede venir y que ya si eso llame a un taxista no amigo.
6:41. Pues empezamos bien el día.
7:30. Tras charlar con un taxista sobre Zapatero, llego a Barajas a encontrarme con el equipo que me han asignado para hoy. Vaya, son Cristina Teva, Antonio González y Mario Martos. Últimamente viajo siempre con ellos, y cuando viajo con ellos me pasan cosas tontísimas. But I ike it, que dirían los Rolling Stones.

7:45. Nos tomamos dos caféses y para cuando queremos darnos cuenta empezamos a perder puentes aéreos a una velocidad nunca vista en el hemisferio norte del planeta Tierra.
9:15. Aviso de nuestro retraso (y del de los aviones) a Sandra Ejarque, encargada de prensa del rodaje y una persona adorable. Me dice que esté tranquilo, que vamos genial de tiempo y que nos manda un coche al aeropuerto de Barcelona y que ya está. Visto lo cual, pedimos más caféses.
10:45. Despega nuestro avión. Nos ofrecen otro café, pero a estas alturas nos tiemblan las extremidades superiores, los ojos se nos desorbitan y la cafeína supura por nuestros poritos. Lo declinamos amablemente.
11:45. Llegamos a Barcelona. Llamo a Sandra y me dice que vamos genial de tiempo. Añade que va a venir en nuestro mismo coche la hermana de Belén Rueda, que ha venido en nuestro mismo avión para visitarla. Echo un vistazo por la terminal y no veo a nadie que parezca la hermana de Belén Rueda, pero sí a alguien que directamente parece Belén Rueda.
11:50. En efecto, es Chus Rueda. Se parece mucho, pero no es igual. Si fuera igual igual igual la entrevistaríamos en el aeropuerto, nos volveríamos a Madrid y nadie se daría cuenta. Chus me confiesa que a veces la confunden con Belén, pero que normalmente la gente cree que la conoce y no sabe de qué.
12:45. Llegamos a los estudios de rodaje. Están en un hospital abandonado, donde la gente se colaba para rodar cortometrajes y videoclips. Visto lo cual, el ayuntamiento lo habilitó como plató para rentabilizarlo un poco. La pela es la pela.
Belén Rueda rodando.
13:00. Ahora que tengo un rato mientras Antonio y Mario graban imágenes del rodaje, os cuento de qué va la película: resulta que Belén Rueda (Julia) tiene una enfermedad por la que está perdiendo la vista (por eso lo de los ojos), y en esto le llega la noticia de la extraña muerte de su hermana (papel que no interpreta Chus) e intenta averiguar cosas sobre ella mientras sus ojos siguen perdiendo vista (los ojos de Julia).
13:15. Pues yo también estoy perdiendo vista y nadie rueda Los ojos de Joselín.
13:30. Chus Rueda se aburre y me la traigo a nuestro grupo (los rodajes son un coñazo, por mucho que la protagonista sea tu hermana). Entre que a Sandra, que es divertidísima, a veces se la va la pinza y que a mí no se me puede ir, porque no tengo ni pinza, Chus debió de pensar que yo era una especie de comunista de derechas con ideas nacionalistas pro-globalización. A veces me propongo no decir chorradas delante de gente que no conozco, pero con Sandra y Cristina de tertulianas es casi imposible.
13:45. Sandra dice que vamos genial de tiempo y que a las 14:30 habremos terminado.
14:30. Llega Lluís Homar, que hace de marido de Belén en la película. Lluís Homar hoy no rueda: Belén rueda (perdón, necesitaba hacer este chiste). Lluís ha venido desde Barcelona solamente para que Cristina Teva le entreviste. Es un detallazo, pero yo también lo habría hecho.
15:00. Paramos para comer. Cris y Sandra quieren que el cocinero les caliente el atún, y no sé por qué deciden que para conseguirlo hay que fingir que tienen la gripe A en estado terminal. Yo creo que están locas.
16:00. Nos recibe el director Guillem Morales. Dice que no entiende por qué comparamos este rodaje con El orfanato. No sé, por Belén, por Guillermo del Toro, por el ambiente… Después de las entrevistas (le hicimos dos al pobre) nos dice que podemos usar todo el material que grabemos hoy, pero que no salga la persona que aparece con Belén Rueda, por mantener el misterio, más que nada.
Belén Rueda y Lluís Homar a las órdenes de Guillem Morales.
16:15. Me dice Antonio que en todas las imágenes que ha grabado sale esa persona. Es que es la única secuencia que se rodaba hoy. No sé cómo lo hicimos después, pero montamos el reportaje sin que se la viera.
17:00. Por fin Cristina entrevista a Belén, que como sale en todas las secuencias de la película, pues no encontraba el momento para atendernos. Es encantadora, es como sus personajes, es como te crees que va a ser y te han contado que iba a ser. Y como su hermana, que también es encantadora pero que no se dedica a salir en la tele y el cine porque sería un lío, aunque una vez estuvo a punto de hacer una coña en el VIP de Emilio Aragón pero al final pasó. Chus es maquilladora, que ni os lo había dicho ni nada.
17:30. Termimanos. Sandra dice que vamos genial de tiempo y que a las 17:30 habremos terminado.
17:50. Nos ponen un coche para volver al aeropuerto (sin Chus), pero es un poco pequeño y el equipo con el que carga Antonio es más voluminoso que el del rodaje de la película, y sobre todo es más voluminoso que el coche. Llenamos el maletero y aún falta una especie de armario que colocamos en los asientos traseros, donde además tenemos que ir tres personas. Para demostrar que cabemos, y para ingresar en el Libro Guinness, Sandra se mete en el coche pegada al maletón, conmigo en medio y con Cristina al otro lado, y cierra las puertas completando un prieto sandwich del que yo soy el chóped. Me hubiera quedado así hasta el solsticio de verano, pero Dios no me concedió ese capricho porque tenemos varias cuentas pendientes.
17:55. Lamentablemente, Sandra se retira de la prueba y en el viaje real la sustituye Mario. Quiero mucho a Mario, pero no para estas prácticas. Los tres adoptamos una extraña posición de Tetris en la que la rótula de Cristina queda apoyada de una manera amenazante en la zona que médicamente viene a denominarse como mi ano. Así viajamos durante una hora. Creo que ellos dos se duermen. Yo no, por si acaso se me relaja el esfínter. No obstante, si algún día tengo que perder la virginidad rectal, que sea con la rodilla de Cristina.

20:00. Volamos sin incidencias y llegamos a Madrid. Como es un puente aéreo, en el avión sólo iban los tres bultos de Antonio, y aún así Iberia le perdió uno. No creo que le pillara de sorpresa, sabe perfectamente que una jornada juntos sin que le pase algo a su equipaje, mochila o cámara, es como un jardín sin flores o como un post sin comentarios.