viernes, 24 de diciembre de 2010

Musicales del Siglo XXI

Mira tú por dónde, esta Nochebuena me apetecía a mí poner la tele y ver un musical de estos clásicos tipo Cabaret, Oliver! o Cantando bajo la lluvia. Así que voy y cojo el periódico para ver si hay alguna película para que yo me pueda poner a cantar después de sonreír sobreactuadamente a los suegros y comerme la pata de un pavo. Me gusta mucho la Nochebuena, porque en los periódicos también te dicen lo que hay en la tele el día de Navidad, así que me digo a mí mismo: “Bueno, entre los dos días, algún musical echarán…”. Y me encuentro con esto:
  • Hannah Montana, la película.
  • Tómbola.
  • Especial Raphael.
  • Rocío Dúrcal: una estrella en el cielo.
  • Especial Camilo Sesto.
Os lo juro, incluyo las generalistas, TDTs y canales de pago. Los tres últimos no son musicales, pero es lo que había. Y entonces me digo a mí mismo imitando la voz de Ramón García: “¿Pero es que no hay musicales clásicos que no tengan que recurrir a las voces españolas de los 60? ¿Es que no hay musicales modernos que no sean Hannah Montana?” Y entonces me acuerdo del reciente estreno de la flojísima Burlesque, y decido demostrarme a mí mismo que el musical no está en vías de extinción, y me lanzo a elegir las 10 mejores películas musicales de lo que llevamos de Siglo XXI.
1. Moulin Rouge! Una de las últimas oportunidades de ver a Nicole Kidman sin que dé grimilla. Una exhibición de cómo integrar letras de canciones famosas en un argumento absolutamente coherente (Daniel Sánchez Arévalo lo hace bien en Los 40 el musical, pero es que Moulin Rouge! lo borda). Una delicia.
"Moulin Rouge!" Yo es que es ver a estos dos y ponerme a cantar "I was made for loving you baaaabyyyy!!!"
2. Chicago. El espíritu de Bob Fosse en plena forma, totalmente vivo y respetuosamente rescatado en el siglo XXI. Richard Gere hace el mejor papel de su vida. Renee Zellwegger y Catherine Zeta Jones se salen. El último Oscar a la mejor película ganado por un musical, y uno de los menos discutidos de la década.
3. Bailar en la oscuridad. El autoproclamado mejor director del mundo y al mismo tiempo parodiable Lars Von Trier utilizando a Björk para crear un musical de culto, cultureta, lacrimógeno hasta la saciedad y maravilloso.
4. Once. Un musical pequeñito, irlandés, independiente, diferente… Una genialidad muy agradable de ver con Oscar a la mejor canción, ésa que decía algo así como: “la, la, lalalaa, la”.
5.  Billy Elliot. El nño que se parece a Fernando Torres plantea una preciosa disyuntiva entre padre e hijo con el lujo que supone escuchar las canciones de T-Rex de fondo. Además, es la película que decora el despacho de mi amigo Jaime, así que algo bueno tendrá…
Billy Elliot. Pero mírale, qué nenaza (que no hombre, Billy, que es broma).
6. Dreamgirls. El espíritu de la Motown y de las Supremes llevado a buen puerto por Beyoncé, por esa Jennifer Hudson salida de la O.T. americana y por un Eddie Murphy al que por una vez no mataría con un serrucho. Pero la película ya no es de sobresaliente (por eso está la sexta), sino de notable bajo.
7. El fantasma de la ópera. La película se limita a clonar el musical de Andrew Lloyd Webber, y solamente por eso se deja ver. Ni Joel Schumacher ni el fantasma, que era Gerard Buttler, terminan de cargársela. Pero mejor si puedes ir a verla a Londres…
8. El otro lado de la cama. Metámosla en la lista por ser española y por la valentía de hacer un musical cañí, cosa que se despreciaba desde los tiempos de Joselito. No considero musicales las películas de Parchís. Más valentías: la de los actores, que se atreven a cantar pese a que algunos tienen menos voz que Joaquín Sabina después de un catarro tonto.
9. Mamma mía! Empiezo ya con las películas que aprueban por los pelos. A mi juicio, sobrevaloradísima versión del musical de Abba con Meryl Streep en su nueva vertiente chorra, porque últimamente da igual el papel que le den a Meryl, tú la pones en una película a imitar a Chiquito de la Calzada y la Academia la nomina al Oscar.
9. 8 mujeres. Musical a la francesa de François Ozon. Tiene momentos brillantes pero también sonrojantes, aunque es divertido ver cantando y bailando a las habitualmente superserias Catherine Deneuve y Fanny Ardant.
10. El décimo lugar os lo dejo a vosotros. Podría ser para 8 millas, De-Lovely, Hairspray, Los productores, la propia Burlesque… Y podríais llegar a considerar musicales otras películas del siglo XXI como Ray, La boda del Monzón o Los chicos del coro. Vosotros veréis.
Pero la televisión no ponía en Nochebuena ninguna de estas películas. Así que al final, un año más, opté por La vida de Brian. La canción del final supera con creces la sensación de felicidad que te deja cualquier musical.

Feliz Navidad.