Hablábamos el otro día de
que una de las cosas en las que más se nota que llega el verano es la
programación de las televisiones. En verano pasan cosas en la pantalla que son
inadmisibles durante el resto del año. Por ejemplo que España esté en las
semifinales de un Mundial, eso no había pasado en la vida (la verdad es que en
invierno tampoco había pasado). Yo me acuerdo perfectamente del gol de Zarra a Inglaterra en
1950, o de “Farra”,
como decía el mítico Matías
Prats padre, que no pronunciaba el sonido “Z” y lo cambiaba por
“F”, y decía: “gol de Farra,
vaya fambombafo le ha lanfado al canferbero, que no ha podido ferrar las
manos y evitar el uno a fero” (mi amigo José Luis también habla así
y no lo nota ni Dios). Gracias a ese gol quedamos cuartos, pero no eran unas
semifinales. Y es mentira que me acuerde perfectamente, yo en 1950 no había
nacido. Deberíais haberos dado cuenta sin necesidad de que yo os lo aclarase,
caramba.
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El gol de Farra. |
Pero el otro día me refería a
otras cosas, y hoy voy a contar un par de cosillas más y ya termino con esta
zarsa, o farsa, como dirían Matías y José Luis.
Así que continuando en la
línea de la anterior entrada, en verano salen noticias de fichajes y fines de
contratos (como en el fútbol), por ejemplo Karlos Arguiñano deja Telecinco y se va a Antena 3. Se rumorea que Jorge Javier podría
coger el relevo y llamar al nuevo programa de cocina Sálvame rico rico, en el que
en vez de cocinar el presentador, se comería todos esos productos que se zampan
los tertulianos del programa diario y que casi no les dejan tiempo para hablar
de las cosas importantes de la vida. También se lleva a Antena 3 el Frontón, Decogarden y Bricomanía, esos programas
en los que te dicen: “hacer una
silla de jardín es fácil: cogemos la fresadora industrial de pulir tamices y
hacemos un orificio secular con la mandrinadora de ojetes”. Y tú: “mierda, no
sé ni si tengo un martillo”.
Durante la canícula no todos
los presentadores cambian de cadena, pero casi todos cambian de programa. Pilar Rubio va a presentar
los castings de Operación
Triunfo, porque ahora en verano no hay Mira quién baila (o como se llame ahora), y
porque algunos ex-concursantes de MQB ahora hablan con muertos, véase el post
anterior. Por Dios, que de esto de los castings no se entere Jimmy Jump.
En verano las teles estrenan
series extranjeras que no han tenido éxito fuera y nos las intentan vender como
si fueran la repera. La Sexta
estrena Reencarnación
y Sin identificar.
La segunda es una serie con Christian
Slater que no ha triunfado para nada en EEUU. Si hubiera
triunfado, la pondrían en septiembre. TVE sustituye Pelotas por Guante
blanco, una serie de los creadores de Gran reserva que quitaron de la programación
hace mucho, pero como esta temporada les esta funcionando Gran reserva, pues piensan
que igual ahora les cuela y van a emitir los capítulos que ya emitieron y los
que no emitieron (gracias a Julio por recomedárnosla ya en el anterior post).)
Curiosamente, este verano se
produce un efecto contrario: TVE emitirá
Los Tudor, una serie COJONUDA de la que ya os he hablado y
mucho en este
blog, y cuyos derechos de emisión en abierto tenía TVE en un cajón desde hace
siglos. Y los utiliza ahora, en verano. Error. Ésas son precisamente las series
que una cadena pública debería emitir en prime time y en los mejores meses,
aunque la audiencia no responda igual que a Águila
roja. Si podéis verla, hacedlo, de verdad. Es una serie muy grande.
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Los Tudor. Enrique VIII y Ana Bolena. Qué de cosas nos pasaron hace unos meses con los que hicieron esta serie... |
En la estación de temperatura
más bochornosa (sigo intentando no repetir la palabra “verano” para que veáis
los recursos lingüísticos que manejo) emiten los sanfermines retransmitiéndolos
como si fueran un partido de fútbol. “Mira
ese mozo, mira ese mozo por la izquierda, le van a cornear, le van a
corneaaaar… ¡sí, sí, sí! ¡muere muere muere muereeee!” Cuatro envió
un año a los sanfermines a Raquel
Sánchez Silva vestida de pelotari. No sé qué harán este año, a
mí es que los sanfermines, paradójicamente, me tocan un poco las pelotaris.
Cuatro
cuenta con dos buenas ideas para el
verano: La isla de
los nominados es un formato del equipo de creadores y
actores de Cámara Café.
Un grupo de gente está en una isla haciendo un reality tipo La isla de los famosos. Viven
ajenos al mundo, tanto que de repente el mundo se acaba y ellos no se dan
cuenta… y siguen actuando como si la audiencia les siguiera viendo y nominando.
La idea es buenísma, pero el estreno de ayer me pareció un absoluto desastre de
ritmo, guión y gracejo. Como no mejore, no llega a septiembre. La otra
buena idea es ya una veterana: Granjero
busca esposa. Creedme cuando os digo que, dentro de la deleznable
filosofía de la que parte el programa, es un formato magnífico. He dicho que Cuatro presenta una buena
idea y otra buenísima, pero no sé dirimir cuál es cada una.
Y es que cuando aprieta la
calor, las teles prueban nuevos formatos de reality, como uno que se llamará Escuela de glamour en la que
impartirá clases Carmen
Lomana, que es como si haces un programa que se llame Escuela de dicción y en el
que dé clases Belén Esteban.
Mierda, acabo de soltar en público una idea buenísima que ni siquiera tengo
registrada.
Voy a habar con una amiga que
a veces me registra ideas absurdas como ésta.