martes, 6 de julio de 2010

En qué se nota que es verano (2)

Hablábamos el otro día de que una de las cosas en las que más se nota que llega el verano es la programación de las televisiones. En verano pasan cosas en la pantalla que son inadmisibles durante el resto del año. Por ejemplo que España esté en las semifinales de un Mundial, eso no había pasado en la vida (la verdad es que en invierno tampoco había pasado). Yo me acuerdo perfectamente del gol de Zarra a Inglaterra en 1950, o de “Farra”, como decía el mítico Matías Prats padre, que no pronunciaba el sonido “Z” y lo cambiaba por “F”, y decía: “gol de Farra, vaya fambombafo le ha lanfado al canferbero, que no ha podido ferrar las manos y evitar el uno a fero” (mi amigo José Luis también habla así y no lo nota ni Dios). Gracias a ese gol quedamos cuartos, pero no eran unas semifinales. Y es mentira que me acuerde perfectamente, yo en 1950 no había nacido. Deberíais haberos dado cuenta sin necesidad de que yo os lo aclarase, caramba.
El gol de Farra.
Pero el otro día me refería a otras cosas, y hoy voy a contar un par de cosillas más y ya termino con esta zarsa, o farsa, como dirían Matías y José Luis.
Así que continuando en la línea de la anterior entrada, en verano salen noticias de fichajes y fines de contratos (como en el fútbol), por ejemplo Karlos Arguiñano deja Telecinco y se va a Antena 3. Se rumorea que Jorge Javier podría coger el relevo y llamar al nuevo programa de cocina Sálvame rico rico, en el que en vez de cocinar el presentador, se comería todos esos productos que se zampan los tertulianos del programa diario y que casi no les dejan tiempo para hablar de las cosas importantes de la vida. También se lleva a Antena 3 el Frontón, Decogarden y Bricomanía, esos programas en los que te dicen: “hacer una silla de jardín es fácil: cogemos la fresadora industrial de pulir tamices y hacemos un orificio secular con la mandrinadora de ojetes”. Y tú: “mierda, no sé ni si tengo un martillo”.
Durante la canícula no todos los presentadores cambian de cadena, pero casi todos cambian de programa. Pilar Rubio va a presentar los castings de Operación Triunfo, porque ahora en verano no hay Mira quién baila (o como se llame ahora), y porque algunos ex-concursantes de MQB ahora hablan con muertos, véase el post anterior. Por Dios, que de esto de los castings no se entere Jimmy Jump.
En verano las teles estrenan series extranjeras que no han tenido éxito fuera y nos las intentan vender como si fueran la repera. La Sexta estrena Reencarnación y Sin identificar. La segunda es una serie con Christian Slater que no ha triunfado para nada en EEUU. Si hubiera triunfado, la pondrían en septiembre. TVE sustituye Pelotas por Guante blanco, una serie de los creadores de Gran reserva que quitaron de la programación hace mucho, pero como esta temporada les esta funcionando Gran reserva, pues piensan que igual ahora les cuela y van a emitir los capítulos que ya emitieron y los que no emitieron (gracias a Julio por recomedárnosla ya en el anterior post).)
Curiosamente, este verano se produce un efecto contrario: TVE emitirá Los Tudor, una serie COJONUDA de la que ya os he hablado y mucho en este blog, y cuyos derechos de emisión en abierto tenía TVE en un cajón desde hace siglos. Y los utiliza ahora, en verano. Error. Ésas son precisamente las series que una cadena pública debería emitir en prime time y en los mejores meses, aunque la audiencia no responda igual que a Águila roja. Si podéis verla, hacedlo, de verdad. Es una serie muy grande.
Los Tudor. Enrique VIII y Ana Bolena. Qué de cosas nos pasaron hace unos meses con los que hicieron esta serie...
En la estación de temperatura más bochornosa (sigo intentando no repetir la palabra “verano” para que veáis los recursos lingüísticos que manejo) emiten los sanfermines retransmitiéndolos como si fueran un partido de fútbol. “Mira ese mozo, mira ese mozo por la izquierda, le van a cornear, le van a corneaaaar… ¡sí, sí, sí! ¡muere muere muere muereeee!” Cuatro envió un año a los sanfermines a Raquel Sánchez Silva vestida de pelotari. No sé qué harán este año, a mí es que los sanfermines, paradójicamente, me tocan un poco las pelotaris.
Cuatro cuenta con dos buenas ideas para el verano: La isla de los nominados es un formato del equipo de creadores y actores de Cámara Café. Un grupo de gente está en una isla haciendo un reality tipo La isla de los famosos. Viven ajenos al mundo, tanto que de repente el mundo se acaba y ellos no se dan cuenta… y siguen actuando como si la audiencia les siguiera viendo y nominando. La idea es buenísma, pero el estreno de ayer me pareció un absoluto desastre de ritmo, guión y gracejo. Como no mejore, no llega a septiembre. La otra buena idea es ya una veterana: Granjero busca esposa. Creedme cuando os digo que, dentro de la deleznable filosofía de la que parte el programa, es un formato magnífico. He dicho que Cuatro presenta una buena idea y otra buenísima, pero no sé dirimir cuál es cada una.
Y es que cuando aprieta la calor, las teles prueban nuevos formatos de reality, como uno que se llamará Escuela de glamour en la que impartirá clases Carmen Lomana, que es como si haces un programa que se llame Escuela de dicción y en el que dé clases Belén Esteban. Mierda, acabo de soltar en público una idea buenísima que ni siquiera tengo registrada.

Voy a habar con una amiga que a veces me registra ideas absurdas como ésta.