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Carolina Cerezuela luce escote junto a Ana Milán. |
Carolina Cerezuela es una de esas víctimas del
“pluriempleo-hasta-en-la-sopa” al que las televisiones someten a menudo a sus
marionetas. Al pibón de Cámara Café le han sumado la lesbiana de Hospital Central, y ahora ni ella sabe bien
el papel que tiene que cumplir en el XQ. A Eugeni Alemany le tengo menos pillado el
punto. Me comunican por el pinganillo que era reportero del CQC, pero la verdad es que yo
dejé de ver el CQC cuando el grandísimo Gran Wyoming (valga la redundancia)
abandonó el barco. Les hice muy poco caso con Fuentes, y no les hago ninguno en
su etapa de Frank
Blanco.
Mis espías (que no se crean, son mi novia y mi amigo Enrique) me dicen que Eugeni pertenece a la etapa Fuentes. Pues vale.
Uno de los problemas del XQ es que Carolina y Eugeni
son la pareja con menos química de la televisión desde que Toni Cantó y Lydia Bosch presentaron
un programa que se llamaba Sábado
noche. Y les estoy hablando de 1988. Los dos viven atados a un
guión tan rígido que no les debe hacer gracia ni a los guionistas (a los que
envío un solidario saludo). Y la fórmula de poner a un dúo haciendo coñas para
sustituir al Tomate ya le explotó a Telecinco en las manos, con ese espacio
delirante y disfuncional que se llamaba Las
gafas de Angelino y que duró menos tiempo que el late night de Máximo Pradera. Por
suerte. Otro problema es que el éxito de Carolina
Cerezuela llegó con Cámara
Café. La chica es buena actriz, interpreta muy bien su papel y es
superatractiva, vale… pero ante la máquina del café tiene un magnetismo extra
para el público masculino: las tetas. Perdón, el escote. La susodicha cámara
está ligeramente elevada, con lo que el susodicho escote luce aún más
espectacular. Y XQ no te callas
no va dirigido especialmente al público masculino, la cámara está de frente, y
aunque en los últimos programas están intentando arreglar esto abriendo blusa y
acortando falda (de verdad, que me he fijado), su escote pierde aquí bastante
sentido. Acabo de releer este párrafo y deduzco que quien tiene un problema con
las tetas de Carolina
Cerezuela no es ella, soy yo. Así que no me hagan caso.
Pero el problema principal
es que, tras una primera semana con un 10% de audiencia (y menos), XQ no te callas ha decidido
dar un giro. ¿Hacia dónde? Hacia el Tomate.
Los nuevos personajes de los que nos hablan son parecidos. Los locutores suenan
parecido. Hasta los textos son parecidos. Pero el Tomate, con todo lo que tenía de despreciable,
inmoral, aborrecible, etc, etc, etc. (que lo tenía), era un programa MUY BIEN
HECHO. Y eso, parece ser, es lo que acaba teniendo éxito.
Venga,
yo digo que estos se callan definitivamente el lunes 13 de octubre. Por cada
día que falle, prometo mortificarme y admito mortificaciones. Pero voy a buscar
primero en el diccionario lo que significa exactamente mortificarse. Por si
acaso.